Lo que me atrajo del título es que esperaba encontrar una introspección moral de Lenin como el hombre que se debatía internamente entre los medios y los fines. Poco hay de eso. Los dilemas son estrictamente políticos. El gran pensador de la revolución, el mesías del comunismo, era un potente teórico que no temía a la práctica. Resolvía problemas en tiempos de excepcionalidad política que a otros les hubieran paralizado. En cualquier caso es un libro interesante para aprender de ese periodo político tan demonizado y sacralizado a partes iguales.